domingo, 18 de julio de 2010

..el gato no duerme....( autoria: clo migliore...cloqui..)



-El gato no se ríe y no se ríe ni se va a reír, igual no se ríe y la fibra no se acaba, la fibra sigue dibujando rayita de boca sin labios, boca apretada sin labios, afrancesada hacia un origen al que se remonta con los ojos apretados, también, cuando mienten dormirse, sin párpados ayudando a mentir.
-El gato de Sartre espantaba las moscas y veía la televisión y le leía a Antonin Artaud o registraba las imágenes que la ceguera le impedía registrar a su dueño, ya viejo, cansado pero con ganas de seguir comentando, “Pouvoir et liberté”, , aunque el gato no dormía, no. El de Cortazar no envejece. Duerme y sigue indiferente y parisino, sobre el sillón de mimbre de la Maga.
-Andá y dale leche tibia, así ronronea afinado y me deja dormir, querés.
Cuando vuelvas, explícame eso de que el primer gato fue francés… llueve tanto que mejor me quedo, pero hablame sólo del gato, que con eso ya me duermo sin involucrar otro tema o animal que tiente al insomnio de otra discusión sorda…pero entibia esa leche que para el gato también hace frío.
-Tiene la vista cansada, dubitativa y escondedora. Es gato, heredero del gótico de la catedral de Notre Dam, y lleva clavadas en cada pupila, las cúpulas y copulaciones de Luis XIV y de Napoleón. Y todavía no te cuento del primero, sí, que me anunciaste ya que el primero fue francés, porque no me contás acerca de ese antes de meter otro gato en la bolsa..
-En realidad, no esperes demasiado del primero, que dejó pelos sobre la carnecita blanca de María Antonieta y que mucho antes del caput, le causó una infección vaginal. La muestra de una incisión, quedó en formol para los estudiantes de la Sorbona…Si no tengo mala memoria hay otras muestras, una, cerca del peluquín de Roberspierre en el Luvre y una, más acá, en el museo de ciencias de la Plata…
-Pero, escúchame, además de las resacas de la vagina de M.Antonieta desparramadas por ahí, vas o no a relatarme lo del gato…
-Bueno, pero una cosa te lleva a la otra, y si te descuidas el gato le entierra el hueso al perro justo arriba del hormiguero que combatió con kerosene la abuelita de Rosas, tía-abuela de la segunda sobrina de la hermana de la bisabuela de Galtieri, que toma la tradición y compra un bidón de kerosene, cada tanto, en la estación de servicio de los Conti. Cuando el boludo mitiga algún hormiguero, va justo el gato a cagar y al otro día queda patas arriba, pero el pobre que heredó la costumbre, también, de no cagar adentro de la catedral, vio tierra blanda, húmeda, y no ejecutó con la astucia gatuna de los que trepan los arcos ojivales...
-Pará, pará un poquito, por qué vos no tenés ningún mísero gato ya que...no es precisamente de mi experiencia de la que te estoy hablando..
- Ahora si para explicarte mi idea sobre la hipótesis que trato de dilucidar, hacia la tesis del pie argumental, para un relato que tengo ganas de escribir, tendría que conseguirme un gato...
-Bueno no es para tanto, sólo acoto por curiosidad.. bien, pero mientras te respondía me alivió no haber tomado otro personaje, te imaginas el personaje del cirujano que hizo la extracción del pelo de gato de la vagina de Maria Antonieta no, creo que seria más interesante buscar restos del gato que le tiraron a Juana La Loca o de Arco en la hoguera, si es que no taparon el pozo o la grieta del todo, todavía…es lugar histórico..
-Pero, de verdad se lo ve cansado al tuyo, “siempre duerme tanto”...

1 comentario:

Anónimo dijo...

El mió no duerme,casi. Es bien gato. che qué buen hilo argumental llevas en la narrativa. "no somos una edición culta": abrazo.